miércoles, 22 de junio de 2016

UNA MENTE MUY RARA (Relato)

Trascurría el 8 de pachy de 1516, cuando el interior de mi alma se encontraba agobiada y afligida, por el sinsabor de una muerte inesperada, cuando a eso de las 4:28 de la tarde en medio de una tormenta, vi  llegar a mi  casa,  la cual se halla envuelta por las montañas  y bañada por un majestuoso rio caudaloso y oscuro como solo lo ojos de un nativo  de esta recia tierra pueden dar, a un grupo de soldados bien armados, con una orden dada por su majestad Juan Rykod Bercluger, de presentarme ante él, para encargarme una dura y fuerte misión  que me llevaría por los más recónditos lugares  de este majestuoso imperio, el cual se extiende desde el gran río del águila, hasta el paso estrecho  del sur, y por el occidente con el gran Mark de Pachiky, y al oriente con la inmensa y peligrosa gran selva del moled, en la cual muchos hombres ingresan y pocos salen, encontrándose en medio de esta, el  gigantesco río de la Pikara.

Lo primero que he de indicar, y espero no llegue a ser leído por los ojos tan claros y azules de su majestad cuando termine estas letras,
Es que el miedo y el terror son una constante en mi vida y creo que  es desde el día en que mi madre y padre me concibieron, terror que ha ido creciendo desde el mismo instante que dí mi primer suspiro, y que ha sido alimentado por la leña seca del crecimiento y enardecido por la muerte de la amada más amada que yo he podido tener.
Pero aun así tendré la valentía de cumplir la misión encomendada por el hombre más fuerte y valiente nunca antes visto, el cual aun cuando siendo de avanzada edad es tan rígido y vital  como un joven de 20 años. Este hombre era de los que retira lo que no ha depositado y cosecha lo que no ha sembrado, cualidades que lo hacen un emperador tan duro como la roca del río de la Yanta Magdakiska, pues, posee una  sangre fría, que lo hace ser un emperador duro, cruel, pero a su vez  bondadoso y majestuoso.
Cualidad, no producto de sí propiamente dicho, sino fruto  de la sangre de  sus ancestros, los cuales me hacen mirar hacia el año  800 d.C. el día 24 de tolerad o día del señor, día en el cual, la luz y el color eran intensos, los pájaros cantaban las más hermosas sinfonías nunca antes escuchadas por hombres algunos de estas, ni de otras tierras, y digo de otras tierras porque será ese el día del gran encuentro, con el cual llegara nuestro primer emperador. 
Efrajy Bercluger, un hombre tan alto como las grandes montañas, de buen color, de hermosos ojos y buen tipo, cuidadoso de no insultar, el cual poseía una magnífica cabellera dorada, como sólo el gran sol lo puede ser, lo acompaña a su derecha  un hermoso y rozagante caballo blanco, y envuelto en un manto de color tan rojo como la sangre, y una magnífica armadura de metal plateada y una espada que cuelga de su cintura, muy afilada y muy ágil; a su alrededor se encuentran 7 hombres de buen porte cada uno, todos poseen cabelleras de color distinto, el primero tiene el cabello amarillo como el sol, el segundo tiene el cabello rojo como la sangre,  el tercero posee una cabellera negra como la tierra más oscura, el cuarto poseía un cabello  plateado como las armaduras, el quinto, era el más joven y misterioso de todos, poseía una cabellera blanca como la niebla de la mañana, el sexto era de cabello azul como el agua más oscura y el último era dueño de una cabellera café como la madera de las altas montañas. Y aun cuando sus cabelleras eran muy distintas las unas de las otras, existía un valor superior a todas las diferencias; que no es otro que la tolerancia, el cual los unía a pesar de las diferencias de cada uno.

Luego de estos,  se encontraban una cantidad de aproximadamente700 hombres con bellas armaduras plateadas, también de buena estatura y buen color, pero más diversos en sus rasgos físicos, no menos finos,  los cuales traían hermosas bestias de color blanco, negro, café, moro  y algunas con manchas, estos coloridos caballos eran de origen diverso. Otros hombres que iban a pie, portaban unos grandes y sencillos, pero bien decorados estandartes con grandes letras doradas con la inscripción Respeto, Tolerancia y Paz.

Palabras incomprensibles, hasta ese momento por nuestros antepasados, los cuales eran de un color trigueño, rasgos bien definidos, corta estatura, ojos oscuros o cafés, cabello lacio,tan liso que las hojas del árbol wainase podían deslizar entre sus cabellos cuando caían.


Cuando tocaron el suelo,  el gran general  EfrajyBercluger y sus hombres, se dispusieron a besarlo en señal de amor, respeto y amistad a esta tierra y a los hombres nativos que se encontraban en la playa de arena blanca como las nubes, lo que generó que nuestros ancestros, comprendiendo este gesto como la paz, el amor, el sosiego, la calma, y algo a un más fuerte, que no se sabía ni se podía comprender hasta el momento, pero que aquellas palabras bien definían la FE, la cual se irá dando a medida que de un lado y del otro se vayan conociendo. Continuará…

Fray Julio Cesar Berdugo Marín, O.S.A.

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