martes, 9 de junio de 2015

SEMANA SANTA - BOJACÁ 2015


  La Semana Santa, es un tiempo para el “re-encuentro” con Dios, mediante la vivencia de los sacramentos y de las prácticas cuaresmales; por consiguiente, es un tiempo de gracia, un tiempo para volver a Dios, despojándonos de todo aherrojamiento de pecado y revistiéndonos del amor de Dios, quien, para nuestra salvación, por obra del Espíritu Santo, envió a su único Hijo, que sufrió la pasión, que murió y resucitó, por obediencia al  Padre y, amor a nosotros sus hermanos; de esta manera, quedaron abiertas las puertas del cielo, para todo aquel que acepte a Cristo como Camino, como Verdad y como Vida; y, así,  pueda gozar eternamente de la presencia de Dios.

Por otro lado, a lo largo de esta Semana Santa, se pretendía  extender a otros, el mensaje de salvación de Dios, la alegría del resucitado,  mediante algunas actividades planteadas por la Parroquia, como lo fue: La pascua infantil, en donde, durante tres días (Lunes, Martes y Miércoles),  se intentó ahondar un poco más, sobre las cosas más relevantes de la  Semana Santa, es decir, el  Lunes fue destinado para explicar y/o compartir con los niños, acerca del Domingo de Ramos; el Martes, se buscó dar a entender a ellos (los niños),  la importancia del Jueves Santo; y por último, el Miércoles, se les habló sobre la pasión, la muerte y la resurrección del Señor. Obviamente en cada uno de estos días, se hicieron ejemplos en los que ellos mimos eran partícipes, se utilizaron videos, se hicieron dinámicas, etc., todo ello con el fin de que los niños viviesen la Semana Santa, y experimentasen el amor de Dios. 

Otro aspecto significativo fue el lavatorio de los pies y el monumento. El primero, simbolizaba la humildad de  Dios. Pues él siendo Dios, no vino para que le sirviesen, sino para servir, y enseñarnos de esta manera a lavar los pies del  prójimo, que tantas veces andan extraviados del Verdadero Camino, a causa de la suciedad del pecado. El segundo, es decir, el monumento, tuvo como base el tema: el año dedicado a la vida consagrada. La frase fue: “el Reino de Dios es como una perla fina, quien la ha encontrado deja todo por ella” Mt. 13, 45-46.

También fue de gran importancia, el viacrucis y las diversas procesiones,  pues,  junto con los fieles de la parroquia y las diferentes romerías al Santuario de Ntra. Sra. de la salud; se llevó (en el viacrucis) una cruz muy grande a un monte alto; ésta, representaba el peso de nuestros pecados, que el Señor, como cordero sin mancha ni defecto, por amor a nosotros, cargó rumbo al Calvario, para darnos la salvación y transformar el madero de la cruz en árbol de vida nueva.



Otro momento importante y, como culmen de la Semana Santa, fue la vigilia pascual, presidida por el Padre fray Juan Betancourt, O.S.A. En ella se nos  recalcaba que debíamos estar alegres y regocijados  por la resurrección de Nuestro Señor Jesucristo; también fue la oportunidad de vivir una Semana Santa entre la fusión de vivir y transmitir, todo el misterio que en ella meditamos; doy  gracias a Dios por tan grande experiencia, doy gracias a nuestra comunidad por permitirnos estos momentos tan especiales en nuestra formación y   gracias a ustedes por dedicar su tiempo, para compartir nuestra experiencia de noviciado con la lectura de este artículo.


Fray Carlos Saúl Jaimes Guerrero, O.S.A

No hay comentarios:

Publicar un comentario