jueves, 14 de enero de 2016

UN NUEVO NOVICIADO

Como cada año la Orden de San Agustín  y específicamente la Provincia colombiana, bajo el patrocinio de Nuestra Señora de Gracia, se prepara para recibir un grupo de jóvenes que  después de un proceso de 3 años de formación (aspirantado y prenoviciado),  deciden solicitar a la comunidad su ingreso, etapa que es para muchos religiosos la más hermosa de la vida religiosa. El noviciado, es el año en el cual los 3 formandos que ingresamos conoceremos más a fondo de que trata la vida religiosa bajo el modelo y espiritualidad propuesto por el Santo de Hipona.

Será pues, un año de pocos, ya que solo somos 3 novicios, pero con el deseo de vivirlo en la mayor  alegría y provecho, sabiendo que no será fácil, pues seguir a Cristo no lo es, pero sí de mucho provecho para nuestras vidas.

Para lo cual se hará necesario, hacer vivas las palabras señaladas por el padre provincial en la reflexión que hacia ese día, que el noviciado es una etapa corta si se vive con deseos, ánimos y pensando que es un encuentro más personas con aquel que nos ha llamado a este estilo de vida, nuestro Señor Jesucristo. Lo que implica hacer viva la palabra del señor por medio de la oración y el testimonio que es lo que caracteriza a un formando y religioso agustino.

Reconociendo, de esta forma la diversidad en talentos y dones que cada uno de los nuevos novicios tiene, diversidad que de una u otra manera nos enriquece y permite crecer, comprendiendo que el llamado del señor no mira ni distingue sino que llama, buscando en la diversidad de cada uno, una riqueza que no solo debe abarcar  a unos pocos sino a todo aquel que nos rodea, para así tener una sola alma y un solo corazón orientados hacia Dios como lo deseaba San Agustín para sus religiosos.

Por otra parte, será interesante que el año de la misericordia convocado por el papa Francisco, se dirija en la barca de la fe, barca que navega por medio del apostolado que se realiza en el noviciado, para así hacer viva la misericordia de un Dios benévolo  que no juzga sino que ama, como bien lo indica San Agustín en el libro V tu llamas y perdonas al alma humana que vuelve a Ti de su vida depravada.



Pedimos pues, a nuestro señor Jesucristo, y su santísima Madre la siempre virgen María, bajo la advocación de nuestra señora de Consolación y correa y a nuestro gran padre San Agustín que bendigan e iluminen este año de noviciado que dio comienzo el 8 de enero del 2016 día de  la octava de navidad.

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